¿Qué significa que algo es bello? ¿Podrías definir la belleza? Es más fácil reconocerla que definirla, ¿verdad? La belleza es algo que cautiva la atención y deleita los sentidos. Al hablar de belleza solemos hablar de armonía, incluso a veces de perfección. Pero, ¿es posible encontrar la perfección en este mundo? ¿Es posible encontrar a una persona perfecta? ¿Conoces a alguien perfecto?
En una carta a su sobrina Fanny, al hablar de los personajes virtuosos y perfectos de algunas novelas de su época, Jane Austen afirma que los retratos de perfección le ponen enferma y despiertan su lado malévolo (Pictures of perfection as you know make me sick and wicked). ¿Por qué? Porque son falsos. Creaciones sin vida, sin alma, sin fuerza, irreales, postizos. Y por eso, a algunos les producen rechazo y se les despiertan las ganas de criticarlos.
Los personajes de Jane Austen son de carne y hueso. De ninguna manera se les puede describir como «retratos de perfección». Pero si hay una de sus protagonistas que es evidentemente imperfecta, esa es Emma. De hecho, el tema central de la novela es ella y su imperfección.
Algunas corrientes estéticas orientales, como el Wabi-sabi y el Kintsugi, hablan de la belleza de la imperfección. El hecho de que una realidad sea imperfecta, frágil y fugaz no implica, según la teoría del Wabi-sabi, que carezca de belleza, sino que, por el contrario, la autenticidad inmanente a estas características puede incrementar su belleza más que una fingida perfección. El Kintsugi habla de las marcas que quedan en un objeto o en una persona tras reparar una ruptura o una herida. Las marcas o cicatrices aportan belleza, ya que son las señales de un proceso de curación y crecimiento.
Dudo mucho de que Austen conociera estas corrientes estéticas, pero no hay duda de que sí sabía captar la belleza de la imperfección. Las personas que no esconden sus defectos son más asequibles para los demás. Nos resulta más fácil comprenderlas y quererlas, porque vemos su fragilidad, empatizamos con sus imperfecciones y generan confianza con su sinceridad de vida. Lo que se ve es lo que hay. Aquellas personas que parecen perfectas nos resultan distantes y poco naturales. Sabemos que han de tener defectos, porque esa es la condición humana, pero detectamos un esfuerzo por ocultarlos.
Al crear a Emma, Austen la hizo visiblemente imperfecta. Pero esta imperfección no es fruto de la maldad, sino una consecuencia de la educación recibida y de su situación vital. Emma quiere hacer el bien, pero vive en un mundo ilusorio. Por eso, muchas de sus decisiones son equivocadas, ya que las toma basándose en su percepción, que está muy alejada de la realidad.
Emma es la heroína más imperfecta de Austen, pero también una de las preferidas de un sector del público. No en vano, su historia es una de las que más veces se ha llevado a las pantallas, tanto por medio de adaptaciones como en versiones actualizadas.
¿Qué estrategias utilizó Austen para que los lectores sientan aprecio por Emma a pesar de sus evidentes defectos?
En la próxima entrada hablaremos de alguna de ellas.
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